by Chicharo Inc..

APORTACION


Que tal muchachada aquí plasmo a continuación un par de aportaciones que nos hicieron llegar al correo de éste blog y que parecen muy interesantes en respuesta al Payaso ese (sin ofender al gran Brozo) que escribe en el excelsior y siempre nos anda tirando Madre y media en contra de TODOS LOS SOBRECARGOS, aunque nos queda mas que claro a todos nosotros que está super pagadísimo, pues también vale la pena poner éste tipo de respuestas que se toman la molestia de escribir personas que no son parte del gremio pero que sin embargo ven desde afuera y tienen otras perspectivas de lo que nos está sucediendo a nosotros (válgame la rebuznancia), sin más, publico lo que nuestro lector nos mandó y le agradezco su colaboración interés y sobretodo lo invito a que siga aportando para éste espacio de relatssss.



Respuesta a David Páramo: ¿Sobrecargos víctimas? (Aparecida en www.excelsioronline.com.mx)

1.- ¿Qué entiende David Páramo por “victima”? Si se leyera el título de la columna periodística así, sin contexto y prescindiendo del cuerpo de la misma, se podría pensar que la duda indicada por los signos de interrogación tendría una expresión favorable a la causa de los sobrecargos. No es así, sino todo lo contrario. Pretende calificar de “víctimas” a los sobrecargos como si ese término fuera sinónimo de “hacerse el sufrido” o de aparentar lo que no se es. Por eso hay que aclararlo desde la postura de ASSA.

2.- Páramo descarga una serie de opiniones subjetivas en los párrafos que componen su escrito, seguramente bajo una muy antigua y absurda idea de que se trata de una columna de “opinión”, razón por la cual no le resulta conveniente advertir que opinar no es lo mismo que argumentar. La diferencia es de fondo: argumentar presupone el uso de oraciones secundarias para respaldar una idea central, en cambio meramente opinar sólo implica soltar ideas que permanecen así: sueltas y sin respaldo. Un género periodístico de opinión, tal como lo sostienen los manuales elementales de periodismo, debería de ser acompañado de una fuerte dosis de ética. No puede un periodista simplemente opinar en un medio público si no lo hace desde una condición ética y la razón es que la ética es un bien público. Eso no parece cuadrar con el modo en que Páramo escribe ni desde donde escribe (Baste recordar la lamentable historia de Excelsior desde aquel golpe a la dirección general de los años nobles de Julio Scherer (fundador, a partir de eso, de la Revista Proceso) y Octavio Paz -en la revista Plural- y que desde entonces (1976) dicho diario jamás hasta el día de hoy ha podido cobrar credibilidad)

3.- Resulta muy dudoso que Páramo entienda los que significa ser “víctimas”. El primer paso para que existan víctimas es negar que las hay. Páramo tramposamente lo pone en duda en su encabezado, pero no en el cuerpo de su columna, donde precisamente las niega. Cree que los sobrecargos se hacen las “víctimas”. Ser víctima implica haber sido negado por quien representa a un sistema (por ejemplo Páramo representa al sistema empresarial de nuestro país). ¿Por qué negado? Porque éticamente se les niegan derechos laborales (derecho constitucional de huelga, por ejemplo), porque no se quiere reconocer la legitimidad del contrato colectivo (del cual Páramo enfatiza: “Lizette Clavel y sus seguidores están escondiéndose atrás de otra fantasía para negar las realidad de su contrato colectivo” - ¿qué “realidad” pretende Páramo que se “niega”? Más bien él niega que el contrato sirva para algo porque señala: “El sindicato no quiere comprender que la única conquista irrenunciable es mantener la fuente de empleo”) y finalmente porque se atenta éticamente contra las condiciones de vida de los trabajadores. Y no hay mayor atentado en contra de toda ética que ir contra la propia vida y la calidad de la misma.

4.- Si existen víctimas es porque existen victimarios. Así ha sido siempre no sólo en la historia del sindicalismo, sino de la humanidad misma. Los vencedores y poderosos escriben la historia y desde ella quieren, sistemáticamente, minimizar el efecto de sus decisiones porque éstas, inevitablemente, producen víctimas. ¿Qué historia quieren dictar los actuales directivos de las empresas de aviación más importantes de México? ¿Un sistema que impone condiciones incomprensibles y éticamente inaceptables, a sus trabajadores nace de un día para otro? La respuesta es NO. Hay varios siglos de historia detrás que animan a los periodistas a sostener opiniones infundadas y fuera de contexto ,por eso quizá no venga mal recordarle a Páramo que hoy por hoy, en el mundo se gastan más de 2 millones de dólares en armamento militar cada minuto, que cada hora mueren de hambre más de 1500 niños, que cada mes el sistema económico mundial añade más de 75,000 millones de dólares a la deuda del tercer mundo y un largo etcétera, y que las empresas han tenido un papel tristemente relevante en esos sucesos. ¿No son esas víctimas del “Dinero”? Y guardando toda proporción, la solución no es conformarse con “mantener la fuente de empleo” en las aerolíneas de México, sino comprender que no es posible hacerle el juego al victimario que bajo sutiles amenazas, quiere lograr un cambio no para bien, sino para seguir en la línea de la humillación y el giro histórico a los contratos colectivos para destruirlos. La crisis implica soluciones, no amenazas, ni opiniones superficiales en medios de dudosa calidad moral y ética.

5.- Decía Octavio Paz en la parte IV de “Entre la piedra y la flor”:

El dinero no dice tú eres:

El dinero dice cuánto.

(…..)

No el trabajo: el dinero es el castigo.

El trabajo nos da de comer y dormir:

(…)

El trabajo es el techo, la mesa, la cama:

El dinero no tiene cuerpo, ni cara, ni alma.

El dinero seca la sangre del mundo,

sorbe el seso del hombre.

¿Sabrá leer esto David Páramo?, lo dudamos, pero para que sea más claro de nuevo Paz: “los hombres de negocios: manos rápidas, pensamientos lentos” y conste que ese sí era un “personaje de renombre”.


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